2 mar 2010

El partido del domingo. Etapa dos: Enojo e ira

Ni tiempo de saludar a los muchachos con un abrazo, ni de putear al uruguayo. Juan Pablo se me acerca con un diario, con semblante de filósofo, y me dice

-Mirá, te leo lo que salió en La Razón: “Científicos de las universidades de Exeter y Liverpool, en Inglaterra, afirmaron que la supervivencia de la especie podría ser la razón por la cual las hembras de muchas especies animales ¬desde insectos a mamíferos¬ se aparean con múltiples machos. Lo hacen a pesar de que la promiscuidad puede tener más riesgos para el animal, según expresaron los investigadores en la revista Current Biology. Las hembras de las especies que tienen múltiples machos se aparean con cualquiera, incluso sus hermanos.”... ¿Y? ¿Qué me decís?

Lo miré con cara de “no entiendo una mierda” y le dije justamente “no entiendo una mierda, ¿qué carajo tomaste?"

-¡No pelotudo! –exclamó enojadísimo- Lo que te quiero advertir es que no es tu culpa. Es un tema científico. Las minas nos cagan porque está en su naturaleza.

-Pero vos sos un boludo importante, Juanpa. ¿De dónde sacás tantas pavadas?

-Está en el diario.

-Que esté escrito, no significa que sea verdad, tarado. Es una falacia muy común.

-¿Qué tiene que ver una farmacia con este tema? Si ni te hablé de los preservativos.

-“FALACIA” burro. “FALACIA”, no Farmacia. Dejalo ahí. Igual hay otra cosa que me preocupa. ¿Cómo carajo te enteraste? Si yo lo descubrí hace poco.

-Dale cornudo, cambiate de una vez que vamo a pisar –grita el uruguayo de fondo

-Y sobre todo –agrego- ¿Cómo lo sabe el uruguayo? ¿Lo saben todos, che?

La cara de Juan Pablo se puso blanca.

-Dale, pelotudo. Contá. ¿Cómo se enteraron?

El uruguayo se acerca corriendo a nuestro lado, y me pega un abrazo.

-¡Hola cornudito lindo! Era hora que te avivara.

-Hola Daniel -le contesto secamente-. Y cortala con lo de “cornudo” que no me hace gracia, pedazo de forro. ¿Cómo te enteraste?

-¿Cómo me enteré de qué? –pregunta el uruguayo

Es Juan Pablo el que le contesta:

-De que Ana se encamó con Ernesto

-¡Ah! Bueno. Saben que me engañó una vez, y encima saben con quién.

-¿Una vez? –pregunta risueño Daniel.

Mi cara se desfigura. Siento que mi ojo derecho se sale de lugar y que las cejas se funden con las córneas, además de emanar un calor intenso por todo el cuerpo.

-Bueno, papá. No te hagá drama –dice el uruguayo, mientras se calza la camiseta de Independiente-. Ya tené que estar acostumbrado a las desgracias. Encima los vacunamo en el clásico. ¡Otra vez!. Bueno, dale. Vamo a jugar.

Y el muy turro se va corriendo. Juanpa me tira la posta.

-Lo sabíamos hace bastante, che. Nos contó Ernesto. Que se estaba curtiendo a tu jermu, que estaba enamorado, pero que no sabía cómo decírtelo.

-¿Pero qué clase de amigo sos, hijo de puta? No me contaste nada.

-Es que tenés que entender. Ernesto también es mi amigo. Le dijimos que estaba mal lo que hacía, pero qué querés. No pudo contenerse. Además nos dijo que él te lo iba a contar personalmente.

-¿Viene el turro hoy?

-No, ni en pedo. Quiere hablar con vos primero. Pero dale, vamos que ya elijen los equipos.

Cuando finalmente arranca el partido, me dedico a observar detenidamente como el uruguayo maneja hábilmente la pelota. Gran jugador sin duda, pero algo morfón. Primero elude a Tapón (nunca sabré porque le pusieron ese apodo), y le mete terrible caño al Pelado. Me encara, hace la bicicleta, amaga para un lado, amaga para el otro, me muestra el loguito de Independiente y me acuerdo del “cornudo” y su risa burlona.

Se escucha un crack que retumba por toda el club. Algunos se tapan la cara de la impresión. Juan Pablo se desmaya. El Tito grita “lo partió”. El Pelado sale corriendo a pedir una ambulancia. El Cholo sale corriendo. No creo que vuelva. Agustín grita de forma terrorífica, con un “ahhhh” bien agudo que perfora los tímpanos. El uruguayo, mientras tanto, se agarra lo que hace unos minutos era una pierna. Me acerco y sin poder evitar una sonrisa de Guasón le digo:

-¡Cornudo, tu abuela!

3 comentarios:

Lunes dijo...

Muy bueno el fresco naturalista del partido, los personajes sintonizan con esa típica camaredería de futbol para "ayudar" a los amigos. Acompañamos con la fractura final el desahogo del protagonista.

¡Mas fútbol y menos mujeres!

Anónimo dijo...

Eso que el uruguayo es un hábil jugador, es una gran mentira.-

maylen dijo...

OPINO LO MISMO
EL URUGUAYO GRAN JUGADOR JAAAAAJAAAJAAAjjaaa