10 jun 2010

Histéricas

-El tema no es fácil, Consuelo. Son muy muy histéricas las minas, no hay nada que les venga bien.
-¿Y esa es tu excusa?

A ver lector. Hagamos un poco de “rewind” para que usted entienda esta charla. Consuelo es mi amiga... Amigovia, bah, amiga con privilegios, o sea, igualito que un amigo sólo que con tetas y con un plus: ¡cogemos!. Sin compromisos ni nada. No sentimos atracción por el otro, pero la carne viene bien.
El tema es que luego de un polvito (así llama Consuelo a cuando acabo en 5 minutos), tirados en la cama de su departamento, entramos a discutir porqué seguía yo soltero, bah, en realidad estoy casado... separado, o sea, perdón si enquilombo todo. La cuestión es: por qué sigo sin pareja. ¿Mi conclusión? La arriba mencionada... Histéricas.

-Las minas de 30 se ponen muy pretenciosas –le aclaro a Consuelo- Digamos, el margen puede abarcar desde las de 27 pa´arriba, hasta 40. Y pretenden: que sean cultos, que tengan money, que la chota sea grande (si tenés la suerte de encamarte y que te la vean), pintones, sin hijos, buen lomo, que sepan vestirse, que sean galanes, que no sean pesados pero tampoco que vivan ausentes. Si odian el fútbol mejor. Así im-po-si-ble.
-¿Ejemplos?
-A ver, el Tarta salió con una mina el sábado pasado. Todo bien por el chat hasta ese momento, incluso le dijo que tartamudeaba (para que la mina no se encontrara con la sorpresa), pero otra cosa fue escucharlo personalmente. A pesar de eso, la mina le dio cabida. Entonces, empezó el histeriqueo. Se besaron, quedaron en verse y...
-¿Y?
-¡Y nada! El Tarta la invita a salir el fin de semana. Le dice "arreglemos algo" y la mina dice, un martes, muy pronto para arreglar. Entonces a esperar que la señorita decida cuándo es el tiempo ideal y necesario para acordar una salida. Manda mensaje, la mina no contesta. El Tarta que tiene paciencia limitada, dice mafangulo, y se olvida. La mina manda mensaje dos días después preguntando se sigue vivo.... Jajaja... El Tarta, que ya no entiende una mierda, le pide que se conecte después para hablar por internet, pero la mina no tiene tiempo, le dice que va a ver si puede. Obvio, no se conecta. El Tarta se olvida, y días después vuelve a a aparecer la susodicha. Claro, el Tarta piensa, o está con otro, o no tiene tantas ganas de verme, o (y he ahí la cuestión) es simplemente una histérica. Ahí tenés un caso.
-Lo que pasa que ustedes esperan mucho. El Tarta le mandó mensajes de texto... ¿Por qué no la llamó?
-Andá a cagar. ¿Ahora la culpa es del Tarta porque no la llamó? Fue a verla donde ella quería, le dijo que le gustaba, le dijo de salir, hizo todo lo que correspondía... ¿Querés que le firme una declaración también? Recién se conocen, si la mina no tiene tiempo por algo será. Si quisiera realmente se haría un hueco en su agenda.
-¿Otro caso?
-¿Otro? Miles. Salí hace una semana con una mina que estaba bárbara. Bah, tampoco era una modelo, lindo cuerpo, cara pasable, pero parecía agradable, inteligente... Parecía. La cosa es que resultó re soberbia. Indicando a cada paso si yo fumaba mucho, cómo estaba vestido, dónde sentarnos en el restaurant, etc y etc. Hasta ahí todo bien. Nos damos un beso al despedirnos. Después le digo que la quiero conocer más, y sale corriendo. Desaparezco dado que pienso: “no le intereso”. Y ella solita aparece. Vuelvo a encontrarla, quiero avanzar, desaparece. Má sí, andá a freír mondongos también. Cuando la besé me dice "mi cuerpo es mi templo"... Ahí me tuve que dar cuenta que era medio rayadita. Todas locas o histéricas. Ninguna que te hable de frente y bien clarito. Juegan a esto como si fuera un aprobar o no a los candidatos, sin tener en cuenta que es un juego peligroso y que hay muchos sentimientos en el medio. ¿La verdad de la milanesa? Tanto esperar al ideal, que se pierden lo bueno, y porqué no, lo excelente... O sea yo.
-Guille, vos sabés que te quiero, pero hay cosas que las minas ya creciditas buscan.
-¿Qué?
-Estabilidad sobre todo. Vos tenés un laburo a tu edad, que es, cómo decirte, de un empleado base. Vivís con tus viejos, no tenés auto, y encima... ¡No sos Pablo Echarri!
-¡Más lindo que ese negro soy!
-Es un divino Echarri, dejate de joder.
-Igual nadie me quita mi pensamiento, porque las veces que salí no llegué a hablar sobre donde vivía, usé el auto de Tapón que me lo prestó (y es un autazo), fui bien vestido. Lo que no entiendo es para que te hacen el entre si no les interesas
-¿Para tener sexo?
-Nah, cada zapalla con eso. Algunas sí, obvio y todo bien. Pero las más te hablan de proyectos, de seriedad, de ver más allá de lo físico y bla bla bla, histéricaaaasss.
-Bueno, bueno, bebé. Calmate. ¿Cogemos un poco? Estoy toda contracturada.
-Y dale, pero mirá que no tengo más preservativos.
-Bueno, acabá afuera y listo.
-Ta bien.

Me pongo en pelotas y empiezo a darle matraca.

-Che, Guille. Me estás aplastando una teta. ¿Si te levantas un poco?
-Andá vos arriba, Consuelo. No tengo ganas de hacer más gimnasia. Encima hoy cuando salí del laburo, me fui al gimnasio y tuve la brillante idea de hacer Cycle y me duele hasta la uña de dedo gordo del pie, cada pelito de las cejas y todas las pestañas.
-¿Qué es eso? ¿Cycle?
-Sí, cycle. Básicamente es bicicleta con un enfermo que te pone música a todo lo que da, y empieza a gritar “pedaleen despacio, al ritmo, ahora más carga”, te escupe “más rápido, no aflojen”, te cambia el ritmo, que pedalees parado, sentado, agachado, que lo parió, iban 5 minutos y no podía más pero estaba lleno de minas y ni en pedo me bajaba de la bici. Imaginate: un papelón. La cosa que la clase duró como 50 minutos y yo a los diez minutos no podía respirar, ni sentía las piernas y el tipo dale que dale.
-Che, aflojate que estás muy tenso.
-Ah, tenso, sí. El tema que en la clase había una mina con musculosa bien sudada y sin corpiño, así que, imaginate, se le notaban a kilómetros los pezones.
-¿Como los míos que estás viendo ahora en vivo y en directo, boludo?
-Sí, sí, eh... No, no. Es otra cosa, los tuyos puedo tocarlos si quiero, chuparlos, o apretarlos fuerte, ¿ves?
-Ayyy, duele tarado.
-Perdón. Apenas los pellizqué, no es para tanto. Pero los de esa mina eran inalcanzables, no es lo mismo ¿entendés? Encima creo que me miró una o dos veces.
-¿Te gusta?
-¡Ta re buena! Pero es un 8 por lo menos, no me va a dar bola.
-Ah, la famosa escala de calificación. ¿Y vos cuánto valés?
-Un 6.
-¡Qué generoso sos!. Ponete de costado ahora, me cansé de hacer toda el laburo.
-Ok. En definitiva, la cosa es que transpiraba como un animal y la pendeja esa no dejaba de calentarme. Para complicarla más no había llevado nada para tomar, con lo cual tenia la garganta re seca. Todos le daban un sorbito a una Gatorade cada 3 minutos, o a una botellita de agua. Yo nada de nada. Y entre la fricción de subir y bajar, bajar y subir, mirar los pezones de la mina, su lomazo, las piernas, me recontra calenté, lo llamó al profe, se lo comento al oído y el pelotudo para la clase hacia el final y dice: “Nuestro compañero tiene una duda, ¿por qué no se la contás al resto de la clase?
-Sí, no pares, no pares –exclama caliente Consuelo en medio del fragor del sexo.
-No paro, te sigo contando. Entonces yo le digo que “no” con la cabeza porque con la falta de líquido tenía los labios pegados de secos y no podía hablar bien, y el tipo insiste, insiste, que cuente, que no sea tímido, que hable.
-No pares, seguí así, seguí así.
-Qué tipo boludo, pienso, qué manera de mandarme al frente. Insiste, insiste, entonces le vuelvo a decir "duda" y esta vez lo escuchan todos.
-Sí mi amor, sí amor, asíiiiiii.
-“¿Qué duda?” pregunta el chabón. Y yo le digo: “tengo duda la podonga”.
-Sí, sí, sí, ahhh ahhhh. –Y Consuelo se afloja toda y se desarma a mi lado en la cama.
-Che, linda, esteeee, creo que me acalambré y...
-¿No podés seguir? No importa bebé, ya me corrí toda.
-No, el tema es que yo también acabé y no tenía preservativo. ¿No te diste cuenta?
-¿Quéeeeee? ¡Noooooooo!

-Ehhh, che, ¿qué te pasa? Euuuu, no te vayas, no, otra vez a encerrarte al baño no. No grites. Che, calmate. Seguro no pasa nada. El día no era de los peligrosos me dijiste. Eyyy, contestá, eyyy. Má sí, yo me voy a la mierda. Histéricas, todas histéricas, nada que hacerle.