31 jul 2010

Teoría sobre los paraguas y un encuentro casual de película

Llego del laburo en pleno diluvio sobre Capital Federal. Bajo del subte y comienzo a esquivar paraguas que intentan cercenarme la cabeza. La consigna es llegar a casa lo más rápido posible (con la cabeza intacta), cambiarme y una buena ducha caliente, dado que estoy empapado. “Nene, mirá que va a llover”, me había dicho la bruja de mi madre, pero no le había dado bola, como siempre.
De hecho, no viene mal: es un buen entrenamiento para jugar rugby esto de bajar el marote, girar la cintura y evadir los peligros de los paraguas asesinos. Los más peligrosos son los enanos que imitan al pingüino, clásico personaje de Batman, dado que las puntas de sus aparatejos chocan a veces con partes más delicadas que el cuero cabelludo y...

-¡Pero la puta madre! No entiendo para qué carajo pasa con el paraguas abierto abajo del techo, casi me saca un ojo, señora.
-Señorita. Y se dice “paragua”, uso uno solo.
-Es “paraguas”, con “s” final.
-“Paragua”, singular.
-No, es “para – aguas”, “detiene las aguas” y no entiendo qué tiene que ver eso con el hecho en cuestión.
-“Para el agua”. Sin “s”.
-Aguassss, plural.
-Eso no existe, “agua” es un sustantivo colectivo.
-No sea bruta. Se puede decir "las aguas".
-No tiene sentido, no existe un agua, el agua es un conjunto de gotas.
-Mire, lea un diccionario y se acabó, la cosa es que llueve a cántaros, y yo no tengo paraguas y apenas puedo abrir el ojo izquierdo gracias a su fabulosa puntería.
-“Paragua”.
-Lo que sea, y paso bajo este techito insignificante, y usted viene con semejante parag... Armatoste, enorme, abierto, bajo el mismo techo.
-¿Y qué debía hacer?
-Correrse, claro.
-¿A dónde?
-Al costado.
-Pero al costado no hay techo, y me mojo
-¿Y para que tiene ese parag... Aparato?
-Pero bajo el techo me cubro más, entran gotitas por los costados.
-Resulta que yo también me cubro más, y en mi caso es más significativo, porque: ¡yo no tengo paraguas!
-Paragua.
-Lo que sea. Si tuviera y usted no, yo me hubiese corrido.
-Lo dudo mucho.
-¿Y por qué dice eso? Si ni me conoce
-Porque usted venía muy apurado, y ni se hubiese fijado en mí.
-No venia apurado, estaba corriendo que es distinto.
-¿Y se puede saber por qué?
-Porque llueve como la puta madre ¿por qué va a hacer?
-No hace falta correr, vaya despacio bajo los techos.
-La cosa es que hago eso, pero me tengo que prestar suma atención en las personas que no se fijan en los demás y esquivar sus paraguas... ¿No me corrige ahora?
-No, ahora está bien, habla de muchos paraguas, uno solo: “paragua”, dos o más: “paraguas”. Usted seguro debe fabricar autos.
-Eh... ¿Y eso a qué viene?
-Porque le gusta correr, si venía como un desaforado. Le hago una pregunta al respecto: ¿cuál es el máximo de velocidad permitida con un auto?
-En avenidas 60 kilómetros por hora.
-No, digo, en autopistas, en donde sea, lo máximo máximo, que no sea en una pista de carreras de fórmula uno.
-Yo que sé, mire lo que me pregunta. 120, 130 kilómetros por hora calculo.
-Y si usted fuera fabricante, ¿cambiaría eso en los autos?
-¿Cambiar qué?
-Los autos llegan a 220 km/h, 240 km/h o más, no haría un auto que llegue sólo a 130 km/h?
-No me lo compraría nadie, sería un retroceso.
-Sería pura lógica, señor.
-No me diga señor. Guillermo, mi nombre es Guillermo.
-Sería lógico Guillermo. Si está prohibido andar más rápido de 130 Km/h, ¿para qué se fabrican autos más veloces? ¿Para fomentar el delito, la muerte, los choques?
-Mire señora...
-Señorita... Mejor Vanesa, me llamo Vanesa.
-Me parece que me estoy quedando ciego, el ojo que me golpeó con el paraguas...
-Paragua.
-Como sea. El ojo no deja de llorar. No sé si es la costumbre, dado que soy de Racing y tanto sufrimiento lo ha transformado en un hábito, el tema es que...
-¿De Racing? Mire las casualidades, yo también soy de Racing.
-¿En serio?
-Obvio, no le voy a mentir.
-La cosa es que sigue lloviendo, nosotros parados aquí bajo el techo estamos obligando a que toda la gente nos puteé y con razón, ¿iba usted muy apurada?
-Podés tutarme.
-¿Ibas apurada Vanesa?
-No, la verdad que no tenía nada que hacer. Volvía a casa a tomar algo caliente.
-Te propongo algo. Acá en la esquina hay una cafetería preciosa. ¿Me aceptás un café?
-¿Por qué no? Casi te dejo tuerto, así que es lo mínimo que puedo hacer. Dale. Vamos.

Y mientras camino junto a Vanesa, me acuerdo de mi teoría de las películas románticas (de que nunca pasan esos encuentros mágicos y paradigmáticos en la vida real). Pero a veces, muy de vez en cuando, en el momento menos esperado, y cuando ya dejás de buscar o de creer, aparece un paraguas de la nada y te abre una nueva oportunidad (y te cierra un ojo).

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!!!

Muy lindo. Me has dejado con una sonrisa. Ya era justo que en medio de tanta maraña, al Guille le saliera algo bueno no? . Te mando un gran abrazo. Tu fan mexicana.

Anónimo dijo...

Estubo simpatico pero no me hizo reir como los anteriores... je

Saludos desde Mza!

Aguante Racing!

Anónimo dijo...

Al fin algo de buena onda para Guille!!!!!
(porque lo de Consuelo no me gustaba).
Besos y que se le de por fin una alegría a este hincha de la acade.
Marian

geline dijo...

Nunca me había reído tanto leyendo algo. Ja ja ja ja ja

Fabio Barone dijo...

Me alegro mucho, geline. Alguna sonrisa dejo en este mundo :)