22 jul 2010

Su gestión no es tan buena

-El proceso al que lo he sometido se llama hipnosis de sugestión.
-Puede tutearme –responde el Tarta a la afirmación del Doctor Vladimir van Uto.
-¿Qué? No le entiendo.
-Que en vez de decir “su gestión” puede decir “tu gestión”... Tutarme... de tú. ¿Capichi?
-No animal, “sugestión” es una sola palabra.
-Ah, bueno. No se enoje, io capisco.

El doctor enciende su primer cigarrillo.

-Le decía, que ud experimentó una hipnosis de sugestión, y sólo se mantendrá activa mientras dure mi sesión. Resumiendo: le convencí para que no tartamudeara así podíamos charlar tranquilos.
-Es cierto. Es cierto. No me había dado cuenta. Fabuloso doctor.
-No es nada, no se entusiasme. Partamos desde el principio, ¿quiere? Usted vino recomendado por su amigo Guillermo, así que le haré unas simples preguntas.
-De acuerdo.
-¿Nombre?
-José Vargas.
-Pero le dicen...
-El Tarta.
-¿A usted le molesta el apodo?
-No, ya me acostumbré.
-¿Edad?
-39, pero lejos de los 40 aún.
-Ah, ¿tiene problemas con la edad?
-Tengo problemas con todo, por eso estoy acá.
-Ajá, veo. ¿Por qué no me dice cuál es su principal problema?
-Mi principal problema, doctor, es que soy de los antiguos, de los que aún creen en el amor, de los que piensan que un beso no es un roce sin significado, para mí es un momento especial. Ahora todo es demasiado superficial, de plástico, como las lolas de las minas. Ya casi nada es auténtico. Antes darle un beso a una chica era... el súmmum.
-Ajá. ¿Y cómo lo hace sentir esta realidad?
-Me hace sentir para el ojete. Me cuesta confiar en la gente, me cuesta creer. Me robaron la inocencia doctor.
-Ajá.
-Por otro lado, me siento solo. Tengo 39 años y nunca formé una pareja estable. No tengo hijos y quisiera tenerlos. Sigo enamorado de una chica que nunca me dio bola, y me siento aislado del mundo, discriminado por mi tartamudeo.
-Ajá, vamos a detenernos en la chica en cuestión. Es llamativo que no la haya llamado por el nombre. Podemos pensar en un proceso de negación, un mecanismo de defensa para que pueda enfrentarse mejor a aquellas situaciones que no puede resolver. Entonces, al negarlas no existen.¿Está de acuerdo?
-No.
-Ajá, ya lo ve, lo está negando.
-No.
-Otra vez.
-Buenooo: se llamaba Fernanda.
-¿Llamaba? ¿Murió?
-Para mi corazón sigue viva.
-Ah no. Yo soy psicólogo, no se me ponga cursi, ni diga pelotudeces, que yo no soy una mina a la que quiere conquistar. La niña sigue viva, y usted la menciona en pasado. Más negación.
-No.
-Diga lo que quiera.
-Ayupinqui saltastu ahijana, y los mapuches se la bancan, me copa Charly, pipi tute, y chupi chupi chupi.
-Cuando dije: “diga lo que quiera” no quise que lo tomara literariamente. Fue una respuesta a su constante negación. No se me ponga pelotudo, sino se complica. ¿Qué le pasó con Fernanda?
-Fer me aceptó tal como era. Con mi tartamudeo, con mis bromas ligeras. Me aceptó o al menos creí que me aceptaba. Pensé que podía darse algo, se rompió, y fue como que a partir de ahí no pude volver a confiar en nadie. Confiar es sinónimo de decepción.
-“Confiar” es un verbo. “Decepción” es un sustantivo. ¿Cómo pueden ser sinónimos?
-¿Esta es una clase de lengua o una terapia?
-Tiene razón. Me disculpo. ¿Y qué pasó?
-En realidad, me sentí usado. Obviamente ella quería divertirse, al menos eso creo. Yo quería algo más. Diferentes edades y momentos.
-¿Y por qué no sigue adelante?
-Y qué se yo. Le estoy pagando a usted para que me lo diga. ¿Qué tengo qué hacer?
-Yo no le puedo decir eso, lo va a tener que descubrir solo.
-¿Y para qué carajo le pago a usted?
-Ajá, veo su punto. Digamos que no va a estar solo en el descubrimiento, yo lo voy a ayudar.
-Pero entonces, ¿voy a estar solo o no?
-No.
-Ah, negación. Usted también entró en ese proceso.
-No tiene nada que ver. No confunda. Vayamos a sus temores. ¿Realmente sigue enamorado?
-No, fue una expresión.
-Bueno, eso es un avance.
-Bah, no sé. Quizás sí.
-Y ya rápido un retroceso. Busque otras mujeres, amigo.
-Me da vergüenza.
-Anímese.
-Claro, como si fuera tan fácil.
-¿Qué puede perder?
-Doctor, no soporto el rechazo, no logro superar mi mi mi tartamudeo.
-Ya empezó a tartamudear un poco. Tranquilícese.
-Me es di di fícil.
-¿Tiene algún modelo a imitar?
-Mi amigo Juan Pablo. Es fachero, tiene minas, plata. Nada le cuesta. Yo quiero ser como él, pero...
-¿Pero?
-No soy lindo, no tengo facha, tartamudeo, tengo pecas, me falta lomo. Y no tengo labia.
-La belleza es interior, José.
-Bla, bla, bla, doctor. ¿A usted acaso no le gustaría ser fachero?
-Yo soy un tipo atractivo, no tengo ese problema.
-¿Usted? Bwjajajaja... Viejo, ojeroso, pelado.... Bwjajaja

El doctor enciende otro cigarrillo.

-Mi atractivo está en mi forma de expresarme, no sólo en lo físico.
-Bwjajajaja, es feo. Feo. F-E-O. Bien feíto.
-Bueno, por lo menos no tartamudeo como usted.
-¡Pero yo tengo más pelo! Calenchu te quedaste, calentito lo pancho, calentito lo pancho.
-¡Yo estoy casado... con una mujer... hace 35 años! ¡Ja! Una mujer. Que tiene dos tetas. Dos. Y una chuchita ahí abajo para jugar, cuando yo quiero. ¿Y ahora qué me dice? ¿Qué me dice, eh?
-¡An an an da tetete a la pupupu ta mamama dre que te pa papa rió!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja muy bueno!! Lo extrañaba!! Tendria que estar estudiando porque rindo un final dentro de poco pero algo me llamo a entrar y ver que onda!!!

Muy bueno... Me alegraste la noche!